Sin
excepción, todos los directores de Cuencas Centrales del Norte que han
desfilado por esta dependencia federal en los últimos once años, han declarado,
a su arribo, que vienen a poner en orden la explotación del acuífero. Declaran
que ¡ahora sí cada uno de los pozos concesionados contarán con su medidor
volumétrico para evitar la sobreexplotación y que todo quedará bajo control de
tal forma que efectivamente se limite la extracción a los 600 millones de
metros cúbicos anuales establecidos desde 1991. Pero siempre ha quedado sólo en
la promesa inicial. "Algo" poderoso e importante han encontrado los
directores sucesivos de Cuencas Centrales del Norte que les impide llevar a
cabo sus buenos propósitos.
Y ese
"algo" lo descubrí en poco más de un año de buscar información en la
Ley de Aguas Nacionales y en la propia dependencia después del intercambio
epistolar de varios meses que sostuve con el actual Director de Cuencas
Centrales del Norte, ingeniero Armando García Triana, cuyas valiosas respuestas
conservo en mi poder e iré dando a conocer en este blog.
Revisando
la Ley de Aguas Nacionales encontré que en su Artículo 13 le abre las puertas a
los usuarios del "agua rodada" (la que procede de la presa Lázaro
Cárdenas) y del agua subterránea, para que sean ellos quienes administren dicho
recurso sin contar prácticamente con la intervención decisiva de la
"autoridad del agua", o sea, CONAGUA. En principio, esta disposición
pudiera sonar muy democrática pues en teoría llama a que los asuntos de la política
hídrica lagunera sean discutidos y determinadas por los propios interesados
(ejidatarios, muy pequeños propietarios y grandes productores agropecuarios)
pero en la práctica y a la hora de las votaciones de algo, siempre se imponen
no los representantes de la mayoría, sino el o los representantes de los
intereses de los más poderosos económica o políticamente hablando. ¿Le suena
esto familiar en los tiempos que corren?
Bajo este
Artículo 13 (y bises) se ampara el denominado Consejo de Cuenca, mismo que
"no está subordinado" a la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), o
sea, que se maneja con independencia de la autoridad federal del agua. Así lo
dice la ley.
Y dentro
de este mismo Consejo de Cuenca, existen varios Comités auxiliares del Consejo
que tampoco están subordinados a la CONAGUA. Entre estos Comités destaca uno,
el Comité Técnico del Agua del Subsuelo o Subterránea (COTAS), que es el que
finalmente decide todo lo referente al agua subterránea de la Comarca Lagunera
sin que, como ya se dijo, tenga que rendirle cuentas a la "autoridad del
agua". ¿Y sabe quién maneja este importantísimo Comité? Lo adivinó usted.
Lo integran los grandes productores agropecuarios o sus designados. ¿Y sabe
usted que el COTAS es una Asociación Civil? Vale preguntarse ¿qué hace una
Asociación Civil (personas del sector privado) incrustado en una dependencia
federal y tomando decisiones trascendentales sobre el recurso agua y
disponiendo a su libre albedrío sobre un bien público y vital que pertenece a
todos los laguneros?
El COTAS
es ese "algo" que por su directa y evidente conveniencia ha solapado
la sobreexplotación del acuífero lagunero y ante el cual los sucesivos
directores de Cuencas Centrales del Norte han tenido que doblar las manos,
aunque no los deja sin responsabilidad, ya que por una parte no se han
atrevido a denunciar tal situación que los pone en evidencia y, por la otra,
que aún existen mandatos de la ley en que sí pueden ejercer toda su autoridad,
por ejemplo, en la exigencia de que todos los concesionarios instalen los
medidores volumétricos a que están obligados al obtener la concesión y de
establecer un sistema estricto de vigilancia del buen funcionamiento de dichos
medidores para que el concesionario se limite a extraer exactamente el volumen
que se le ha concedido.
Para que
se lo imagine, en este preciso momento sigue bajando el nivel de agua del
Acuífero Lagunero hasta llegar a la pérdida de 3.5 mts anuales. Las bombas
extractoras trabajan noche y día sin ninguna vigilancia, y extraen lo que se
les pega la gana a "los concesionarios". Para estos depredadores no
importa el futuro de La Laguna. ¡Hay que enriquecerse hoy!